Mi vocación: Un camino con… un camino hacia…

Mi vocación: Un camino con… un camino hacia…

L'appel de Dieu est un chemin vocationel

Un llamado:

Hace mucho tiempo, un tiempo –sin embargo- actual, que el deslumbramiento del Evangelio me llamó… ¿Qué hacer? La cuestión para mí fue decirme: una tal radicalidad se vive mejor con otros, pero ¿Con quién? Entonces,después de una mirada hacia el Carmelo, descubrí a las Hermanitas de la Asunción en las que percibí mis criterios ineludibles: una verdadera fraternidad, un espacio para la libertad interior, proximidad y coherencia con los  medios más desfavorecidos… ¿Porqué no embarcarme? Estábamos en el año 1962.

Yo estaba personalmente apasionada por el enfoque de las Auxiliares Familiares1 (hoy en día Auxiliares familiares y sociales), lo que de entrada había vivido en nuestros servicios privados. En 1969, una llamada de mi Provincia H.A. me pide estar presente en la puesta en marcha de la Asociación de las Auxiliares Familiares en Quebec. En principio sorprendida, acepto el desafío. Yo no sabía que a través de este organismo, me comprometería, de mil y una maneras durante más de 20 años, en mi pasión por este enfoque hacia la familia inventado por Etienne Pernet. Allí hice el descubrimiento de mujeres extraordinarias, y juntas trabajamos en un programa de formación, definición de tareas, código de deontología, los que después fueron adoptados por los organismos públicos de servicios a domicilio dónde, por otra parte yo fui a que me contrataran… Para mí, ¡se trataba de conocer, por propia experiencia, los medios de trabajo de laicas tan apasionadas como yo!

Las Auxiliares familiares, pariente pobre de los servicios sociales… Puede ser, pero hoy, la alegría que yo siento, es que centenares de auxiliares familiares, mujeres y hombres, repartidos a través del Quebec, se comunican su “pequeña llama” y que, cuando pasan, día tras día, de una casa a otra, ellos saben el valor de su presencia. ¡Etienne tenía razón de apostar por el “a domicilio”!

Hacia Madagascar:

1997: marcha hacia Madagascar. Desde hacía 2 ó 3 años Madagascar me hacía un guiño. ¿Me guiñaba un ojo el Espíritu? ¡Me parecía que el “viento tras mi espalda”, me impelía en esta dirección!

De 1997 al 2015 allí he vivido tiempos de domesticación, de vida-con, de enriquecimiento… Descubrimientos de una cultura distinta y de un vivir de fe bien encarnada… Puesta en marcha de proyectos de barrio con la gente al servicio de niños y de familias. Alegría también de ver nuestro Carisma llegar a jóvenes mujeres, y enraizase en este país…

“El Universo entero os está abierto”. La vida en comunidad internacional, y además al otro cabo del planeta Tierra!: una suerte para acercarse a “la diferencia” en lo cotidiano, y tenderse la mano, día tras día, para juntos convertirnos en hermanos y hermanas.

…  después, mí vuelta al Quebec, otra gracia vino hasta mí: la posibilidad de participar en grupos de crecimiento con presos y voluntarios. Esto fue para mí un nuevo impulso con personas comprometidas en el camino de la transformación, de la liberación. Me harían falta más de algunas líneas si os lo quisiera contar.

Un camino con… un camino hacia… esto es lo que he intentado ilustrar. Seguro, ha hechofalta, a todo lo largo de estos caminos, guardar en mí “maravillada”, la llamada del Evangelio. Por esto quise unirme a las Hermanitas. En ello había y sigue habiendo siempre un “juntas”, “frágil y vivo”, para ir siempre un poco más lejos en este camino…Colette

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