EXPERIENCIA MISIONERA EN EL CONGO

EXPERIENCIA MISIONERA EN EL CONGO

VALORIZACIÓN DE LA MUJER,CENTRO MADRE MARIA DE JESÚS

« La parte destinada a la hermanita es el pobre, el obrero y su familia. Esta parte la amará con un amor de preferencia » P. Pernet

Con estas palabras de nuestro querido fundador, son con las que quiero compartir mi pequeña experiencia misionera, y lo vivido con las mujeres de nuestro Centro social Madre María de Jesús. Hace prácticamente siete meses que estoy aquí. El objetivo de nuestro Centro es actuar para la promoción de la mujer, en vistas de que adquiera los mecanismos necesarios que concurran a la formación integral y a su autonomía. El Centro tiene por divisa: Amor, Trabajo y Autonomía.
Estos tres elementos fundamentales se concretizan dentro de la pedagogía en pequeños gestos en lo cotidiano, por: la atención mutua, el respeto mutuo, el amor fraterno, la toma de conciencia de la propia formación y responsabilidad en la sociedad a fin de llegar a ser independiente en el futuro.

oportunidad de ir a la escuela, pero la realidad nos hizo ver que ya no son las madres las que necesitan aprovechar de esta oportunidad, sino las jóvenes, las que han tomado conciencia de lo que puede ser su futuro. Razón por la que decidieron venir a recibir una educación adecuada, que pueda hacer de ellas mujeres autónomas y útiles en la sociedad. En las líneas que siguen nos edificará el testimonio elocuente de una mujer de segundo año:

« Yo soy Carlota y estoy en segundo curso; antes de mi llegada al Centro, yo no sabía ni leer ni escribir, pero hoy con mi convicción personal y mi determinación, soy capaz de mantenerme ante una multitud para hacer una lectura, y estoy de ello muy orgullosa y doy gracias a Dios de haberme concedido esta última suerte de aprendizaje intelectual al contar con este Centro y con su personal docente. »

Escuchándolas, su primer objetivo es aprender a leer y a escribir pero sobre todo aprender un oficio para ser autónomas y no depender  ya de su marido pero más bien poder trabajar en complementariedad conyugal.

Cada mujer del Centro tiene una historia y una realidad. Por ello, nosotras las acompañamos individual y familiarmente según nuestra posibilidad, a fin que nuestra presencia les aporte bienestar.

La alegría de la cosecha.

Actualmente, hemos contratado dos profesoras de corte y confección: Eureka y Antho. Ellas son fruto de nuestro Centro. Esto es nuestro orgullo. No solamente están contratadas y comprometidas en el Centro sino también participan en el taller de costura para servir de ejemplo para otras. Son ellas las que confeccionan los uniformes de nuestros niños de la maternal. Nosotras celebramos con entusiasmo sus talentos, su proximidad, su disponibilidad, la amistad fraterna, etc.

Mi querido co-equipo:S.Anne -S.Perpétue y S.Catalina «Juntas somos más fuertes»

« Juntas, somos enviadas a aquellos que en el mundo no tienen voz, ni influencia, para que nuestros actos hablen Jesucristo, una buena nueva anunciada a los pobres » (RV).

« El eterno es misericordioso y compasivo, lento a la cólera y rico en bondad. » Ps 103,8. Es exactamente lo que yo estoy viviendo con las mujeres del Centro. Esta experiencia me invita a practicar las virtudes de escucha, paciencia, pasión, compasión, tenacidad, pero sobre todo el amor de predilección hacia todas, a fin de cumplir mi misión como verdadera sirvienta de Cristo, Servidor y Salvador, poniéndome al servicio de todas para que ellas puedan realizar su sueño y se sientan realmente responsables. Cierto que trabajar con las jóvenes adolescentes aquí como en todas partes, no es evidente, y menos todavía algo fácil, pero el Señor nos ayuda a soportarlo, a fin de proseguir con la misión que nos ha confiado.

« Compartiendo las aspiraciones, los valores, los gozos y los sufrimientos de los pobres, aprendemos con ellos a dejarnos convertir al Evangelio » (RV ). Es con las mujeres con las que comparto estas virtudes y ellas me enseñan muchas cosas. Ellas me invitan a la alegría, a ensancharme y a la esperanza. Es verdad, a pesar de su situación de vida, ellas están siempre alegres y dilatadas, pero también conscientes de la responsabilidad que les espera en el mañana. Es por lo que para ellas, yo soy una religiosa, y una referencia, una persona de confianza. De donde que el respeto y la confianza se viven en reciprocidad.

« Que vuestros actos hablen Jesucristo » P. Pernet.

 Es en el Centro donde intento concretizar esta frase de nuestro querido Padre

Sr. Perpétue KIMBULU, HAComunidad de Musengi, Kinshasa

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