Soledad y comunión
Este es el tema que reunió a las Ansas (Asociación de Nuestra Señora de la Asunción)* en un Encuentro Internacional en la Casa Madre de las Hermanitas de la Asunción.
La sesión fué vivida como una peregrinación, una travesía por el desierto, en compañía de Adán, Elías, Zaqueo, los discípulos de Emaús y Jesús.
Ciertamente la soledad y la comunión están intrínsecamente ligadas a nuestra vida de laicas consagradas. Soledad árida, soledad habitada, encuentro con el Otro y con los otros. En términos concretos, hemos visto el desierto florecer de nuevo.
Despué tuvimos un día de peregrinación en París tras las huellas de los Fundadores, y otro en Lisieux tras las huellas de Santa Teresita:
«Tengan un alma de carmelita y un corazón de misionera», decia el P. Pernet.
Hemos vivido este encuentro bajo el signo de la amistad, la alegría, el compartir, el compromiso profundo.
Experinmentamos como la internacionalidad enriquece nuestra vida de Ansa:
El pluralismo de expresión de una misma espiritualidad es una riqueza para nosotras. Nos estimula a cada una en nuestra vida diaria y nos anima a inventar otras formas de proclamar la Buena Nueva de Jesucristo.
*La Asociación Nuestra Señora de la Asunción es un grupo de laicas consagradas vinculadas a las Hermanitas de la Asunción-
Sacado de nuestro proyecto de vida:
«En respuesta a una llamada de Dios, nuestra vida de laica consagrada está enraizada en nuestro bautismo.
Nos compromete a vivir los consejos evangélicos tras las huellas de Cristo Servidor y Salvador, en la condición de las mujeres de nuestro tiempo».