Orar con Paul-Hélène
Orando con la Beata Paul-Hélène Saint Raymond, Hermanita de la Asunción
primera de los 19 mártires de Argelia, 8 de mayo de 1994
Un itinerario espiritual de ardor y confianza
Paul-Hélène nació en París el 24 de enero de 1927, la octava de diez hermanos. Después de estudiar en Sainte-Marie de Neuilly, se licenció en Física y Química en la Sorbona, antes de trabajar durante dos años como ingeniera en el Instituto Francés del Petróleo. A través de sus escritos y su correspondencia, podemos ver cómo se desarrolló su vida espiritual.
Hélène pensó en la vida religiosa y, tras un periodo de discernimiento, ingresó en la Congregación de las Hermanitas de la Asunción en 1952. En su carta de compromiso, antes de pronunciar los votos perpetuos, escribió a la Superiora General:
« Me consideraría misionera al servicio de Dios y de la Iglesia, aquí o en otra parte, en un rinconcito de París o en Sudamérica, pero quiero estar totalmente disponible para lo que usted quiera, o Dios quiera ».
Tras el periodo de formación, fue enviada a Petit-Quevilly y luego a Creil como enfermera y Trabajadora familiar; las relaciones que se crearon con varias familias, las mantuvo hasta su muerte. En 1963, fue enviada a Argel como enfermera en el Centro Médicosocial de Belcourt. En 1974 fue enviada a Túnez y a Casablanca.
En 1984, una crisis de salud la obligó a hacer una pausa en Francia, una oportunidad para hacer balance, «para tratar mejor conmigo misma y tener más libertad», dijo. Después regresó a Argelia, a Ksar el Boukhari, 180 km al sur de Argel. Pero como su trabajo de enfermera extranjera se hacía cada vez más difícil, se vio obligada a buscar otro empleo.
La hermana Paul-Hélène regresó a Argel en 1988 y se incorporó a la Biblioteca de la Casbah de los Hermanos Maristas. Todos los días iba, a pie o en autobús, según el curso de los acontecimientos.
El 18 de noviembre de 1993 escribió a su familia y amigos:
« Me apresuro a decirles que seguimos trabajando, haciendo la compra y orando, aunque ya no paseamos ni salimos por las tardes… Por favor, recen por nosotras y por los que nos rodean». En la biblioteca de la Casbah, donde trabajo desde hace 5 años, siguen yendo tantos jóvenes como siempre. Continuamos ampliando en árabe, la colección de libros de estudio, porque es indispensable para ellos, y nuestras relaciones mutuas no han cambiado ».
Su carta de Pascua de 1994 revela la seriedad de su análisis de la situación, así como su vida entregada en la lógica de la respuesta que dio a monseñor Teissier, obispo de Argel, que preguntó a las hermanas sobre su opción de irse o quedarse:
« Padre, en cualquier caso nuestras vidas ya han sido entregadas »
Durante un retiro, había escrito:
« Mi primer deber, el objetivo de mi vida, es llegar a ser “yo”, aprovechar al máximo mi potencial en mis relaciones con los demás». Un manantial artesiano. La capa freática sólo existe porque recibe… El crecimiento se consigue viviendo lo positivo de uno mismo y teniendo relaciones vivificantes; un yo orientado hacia el crecimiento de las personas, a partir de sus propias posibilidades ».
Y añadió:
« ¿Por qué me comprometí en “permanecer y resistir” en la Región del Magreb?». Por Solidaridad: no se abandonan los amigos cuando pasan por situaciones difíciles, cuando están en peligro, cuando están tomando medidas de precaución… A un nivel más profundo, por una cierta idea del hombre… hijo de Dios… hermano dotado por Dios de un «fuego».. y permitir que otros fuegos impulsen a la gente a construir una humanidad. » 2/3 de noviembre 1993.
Las hermanas de su comunidad subrayan sus momentos de oración prolongada en el Oratorio.
« Que la debilidad y la locura de nuestro pequeño número y de nuestro envejecimiento sean un lugar de acogida y de fuerza para el Espíritu de Dios, para que nuestras vidas entregadas sean un signo allí donde nuestro testimonio se ejerce a menudo, en silencio», dijo en el Capítulo de su Comunidad en septiembre de 1992.
Desde el 1º de diciembre de 1993, fecha en que expiró el ultimátum para que los extranjeros abandonaran el País, en Belcourt, se producían al menos 2 asesinatos por semana. La Biblioteca, concebida como lugar de estudio, se convirtió en lugar de refugio. El 27 de febrero de 1994, constata :
«Hacia las dos y media de la tarde, dos chicas jóvenes que acababan de salir volvieron irrumpiendo en la biblioteca», «disparaban a bocajarro». Intenté calmarlas y pedí a Dios que nos protegiera a todos». Una joven dijo que habían disparado a una docena de jóvenes reclutas que habían venido de permiso… Murmuré: «¿Hasta cuándo vamos a seguir matándonos unos a otros?
El domingo 8 de mayo de 1994, mientras se celebraba una marcha por la Paz, la hermana Paul-Hélène salió de la comunidad de la Casbah, donde había estado almorzando, para ir a abrir la Biblioteca. Estaba en su mesa de trabajo cuando entraron tres hombres, haciéndose pasar por policías. Pidieron ver a la responsable y, cuando ésta les indicó el despacho, uno de ellos le disparó- a Paul-Hélène -en la nuca y cayó al suelo. Luego, en su despacho, dispararon a quemarropa al hermano Henri Vergès.
Fueron los primeros de los 19 mártires beatificados el 8 de diciembre de 2018 en Orán
Con Esperanza, a la espera de su Canonización, podemos hacer nuestra la siguiente Oración a los:
« Beatos Mártires de Argelia »
Oración a los Beatos Mártires de Argelia
Señor Dios, Padre de Misericordia, te damos gracias por el Don de la Vida de nuestros hermanos y hermanas, beatos de la Iglesia de Argelia: tu obispo Pierre, Henri y Paul-Hélène, Caridad y Esther, Jean, Charles, Alain y Christian, Angèle-Marie y Bibiane, Odette, Christian, Luc, Christophe, Michel, Paul, Bruno y Célestin.
Como tu Hijo, dieron su vida por sus hermanos y hermanas.
Tú les inspiraste fidelidad y amistad
a su Iglesia y al pueblo de Argelia.
Reconocemos, en el don de sus vidas, la obra de tu gracia y de tu Espíritu Santo, que los condujo al supremo testimonio. Te invocamos, Padre, para que en la oración a estos Beatos, prevalezcan la Paz y la Amistad, sobre las fuerzas de la división y del odio. Invocamos a estos testigos de tu Amor para...
Día 8 de septiembre de 2018
Arzobispo Desfarges de Argel
Hna. Madeleine Rémond, Hermanita de la Asuncion