“Nunca tengan miedo, Dios nos tiene a Su lado, El nos quiere mucho” Papa Francisco
Queridas Hermanitas:
Un saludo pascual a cada una de ustedes. Nosotras aprovechamos este tiempo para compartir lo que estamos viviendo cada día desde la cuarentena.
El 20 de marzo en Colombia el Señor Presidente acató la cuarentena preventiva para protegernos del contagio de la pandemia; según las restricciones, los adultos mayores no pueden salir de sus hogares y una persona por núcleo familiar puede salir para hacer compras.
En comunidad hemos organizado los diferentes servicios: cocina, tiempos lúdicos, lecturas, la oración y la misa.
En este tiempo hemos vivido muchas actividades a través de medios virtuales:
El 03 de abril compartimos con los laicos/as y la comunidad de Sucre, conmemoramos a nuestro Padre Esteban Pernet. Cada grupo preparó su aporte y vivimos un compartir significativo y profundo.
En el mismo sentido hemos vivido el Triduo Pascual : el jueves santo tuvimos una hora santa, animada por los laicos, el viernes santo el vía crucis animado por nosotras y el sábado santo la oración mariana animada por la comunidad de sucre. Fue un tiempo de vivir la fe con otras, un tiempo de gracia y de ayuda mutua.
También en comunidad seguimos las celebraciones del Papa Francisco toda la semana santa.
Nuestra oración la hemos intensificado: por la mañana oración personal prolongada, celebración de la Eucaristía por medios virtuales y en las tardes oración comunitaria y el rosario; hemos vivido dos domingos de adoración, teniendo presente el sufrimiento del mundo, las familias que han perdido sus seres queridos y a todos aquellos que están prestando diferentes servicios aún a riesgo de su salud y de su propia vida, sea en los hospitales, transporte, supermercados, limpieza…etc…
Esta vivencia desde el interior de la comunidad es una escuela de vida para nosotras, así aprovechamos para compartir, disfrutamos cada momento, superamos juntas con paciencia el confinamiento. Gozamos de diferentes sazones en la cocina, cada una colocamos lo mejor de nosotras mismas, aprovechamos la posibilidad para ver algunas películas, comentar las noticias, los mensajes que nos llegan a cada una.
Hemos contemplando los cambios que se van dando en nuestra sociedad, sentimos que todos estamos “en la misma barca”, sin diferencias, con miedos, frágiles… la vivencia de la solidaridad se palpa entre vecinos, fundaciones, gobiernos etc al compartir los bienes de primera necesidad con los más pobres; la apertura a ayudarse entre países.
Constatamos una toma de conciencia de los gobernantes ante la responsabilidad que ellos tienen frente a la población, que los ha llevado a actuar con prontitud y radicalidad.
Percibimos con mucha pena la negligencia de algunos gobernantes y países frente a la pandemia. Esta crisis nos a ayudado a descubrir la vida que llevamos dentro, el cuidado de la casa común, valoración de la riquezas que cada una lleva; renovar, cuidar y recibir la vida que brota desde dentro. Este es tiempo de Dios, es un tiempo especial que nos hace pensar como seres humanos, como mundo, como Congregación.
Como comunidad con la Misión de acogida, tenemos la alegría de compartir con la Hna Bárbara Paz, (Hondureña), de la Congregación de Notre Dame de Canadá, quien participa en la escuela de formación en la C.R.C. (Conferencia de Religiosos de Colombia). Nos ha dado la oportunidad de una vivencia Inter-congregacional e Internacional. Este tiempo nos ha permitido compartir lo cotidiano y celebrar con ella y su Congregación los 400 años de nacimiento se su Fundadora Santa Margarita Bourgeoys. Como preparación vivimos un triduo con los temas del retiro que la Región estaba realizando y el 17, día de la celebración ellas nos invitaron a compartir la oración, por medio virtual, con las comunidades de Centro América y luego continuamos con la fiesta en casa compartiendo la vida de M.Margarita, el Carisma de la Congregación, y el camino vocacional de Bárbara. Fue un día muy intenso y rico en espiritualidad. Las hermanas agradecieron la acogida a ella y nuestra participación en la celebración.
Tenemos la certeza y alegría al constatar que la realidad de confinamiento está ayudando a nuestra madre tierra a purificarse, rehacerse, retomar su esencia como tierra sagrada, llena de vida, no de , no de desesperanza; es un lugar en cambio que no se detiene, lugar de confianza, no de miedo.
Con toda nuestra fraternidad: la comunidad de Acogida en Colombia
Myriam, Marie Claire, Helena, e Hilda (hermanitas de la Asunci ón )