La vida cotidiana es un lugar de fe, de conversión, de testimonio y de anuncio.

La vida cotidiana es un lugar de fe, de conversión, de testimonio y de anuncio.

«En Jesucristo, vida y misión son una sola cosa»


Esta misión nos compromete a trabajar por la justicia, la paz, la solidaridad y la integridad de la creación.
En esta perspectiva en Burkina, trabajamos con las mujeres a fin de crear un espacio de acogida donde cada una se sitúe en confianza y respetada en sus derechos y su dignidad, y puedan desarrollar sus capacidades.
Cada año en el Centro Social de Alfabetización y Desarrollo Integral (CESADI), las mujeres hacen la experiencia de la fraternidad, del respeto y de la aceptación de las diferencias (religión, etnia…). También experimentan la dificultad del aprendizaje al no haber asistido nunca a la escuela.

Talleres

Además al final del curso organizamos dos talleres para que aprendan un oficio que les permita disponer de un medio para ganarse la vida.
Este año, los dos talleres han sido:

*Taller de tinte (estampación en ropa), con Martine D. como profesora
*Taller de saponificación, jabón líquido y en pastilla. Con Mamadou C. como profesor

Talleres de tintura y saponificación

Fueron cinco días de aprendizaje en que las participantes aprendieron la teoría y la práctica. En total 40 mujeres y un hombre se pudieron beneficiar de esta formación. Estos talleres son una forma de desarrollar sus competencias.


Formación

Esta formación les permitirá crear actividades generadoras de ingresos que ayudarán a mejorar las condiciones de vida de ellas mismas y de sus familias.
También les ayudará a valorizar las actividades artesanales tradicionales; es una manera de luchar contra la pobreza. Y puede darles la posibilidad de reagru-parse para trabajar en cooperativa, logrando una economía compartida.
Podía leerse el interés, la alegría, las expresiones de sorpresa y a medida que practicaban todo cambiaba

Igualmente nosotras vemos como lentamente sus capacidades se desarrollan y adquieren un crecimiento humano y una libertad que les permite tomar la vida en sus propias manos de manera diferente

Es también un momento para compartir las tareas comunitarias: la alimentación, la limpieza de la sala y de la vajilla. Todo esto nos ayuda a coexistir y hacer un equipo, conscientes que solas podemos hacer poco, pero poniendo todo en común las cosas funcionan mejor y es más fácil (la unión hace la fuerza).
Al terminar los talleres, las mujeres recibieron una pequeña suma de dinero que les permitirá empezar a poner en obra las actividades generadoras de ingresos.

Así, los talleres se terminan con una gran alegría y durante ella las mujeres reciben un certificado que acredita lo que han aprendido.
Como todos sabemos, esta situación de pandemia lo ha convulsionado todo y las mujeres no se han podido reagrupar para la fiesta de clausura de este curso.
Para terminar el Señor nos dice «Lo que haces a uno de estos pequeños a Mí me lo haces».
El Señor está presente en cada persona y trabaja en nosotros. Su gloria y su Reino se hacen presentes a través de estos pequeños gestos de fraternidad, de respeto y de acción por la justicia, la igualdad y la dignidad de las personas.
«Dios siembra, nosotros hemos de cultivar» (Padre Pernet)

Que María nos ayude a vivir este camino de encarnación en medio de este pueblo que, con sus valores, nos estimula a vivir nuestro compromiso de seguimiento de Cristo y a trabajar por el Reino.


Comunidad Etienne Pernet de Burkina FasoHermanitas de la Asunción .

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