Hna.Paul-Hélène- Hermanita de la Asunción -8 de Mayo
(Tenía 67 años el 8 de mayo de 1994, cuando fue asesinada en Argel, en la biblioteca donde acogía a los jóvenes con el hermano Henri Vergès).
Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.
San Juan 15:13
Hoy se nos invita a contemplar este gran signo del Amor, la vida y la resurrección. Amar y dar vida. Jesús nos llama a entregar nuestra propia vida a nuestros hermanos y hermanas, como Él, que fue testigo del amor del Padre con palabras y obras. En este camino del discipulado, todos somos responsables de seguir este amor con la certeza de nuestra condición filial, que nos ayuda a entregar nuestra vida sin reservas al prójimo.
Nuestra hermanita Paul Hélène vivió, abandonada a la causa del Reino de Dios, hasta el punto de convivir con un pueblo diferente en cultura y religión, en medio de las familias. Enviada a Argelia, se dedicó al servicio del Evangelio y, en 1988, trabajó en una biblioteca de Bencheneb con estudiantes del barrio popular de la Casbah. En aquel momento, el país vivía una situación de violencia que se agravaba cada vez más. En este contexto, Paul Hélène fue interrogada por su obispo en Argelia sobre si debía o no continuar su estancia en ese país. Durante este interrogatorio, escuchamos esta frase expresada por la hermana Paul-Hélène:
Esta frase es una invitación a reflexionar sobre la muerte, la lucha por la justicia y la libertad. Esto lo vivió con las personas a las que fue enviada. La hermana Paul Helene era una mujer de oración y convicción, su fe en el amor incondicional de Dios por toda la humanidad.
«Padre, en todos los aspectos, nuestras vidas ya están entregadas».
Incluso hoy, que vivimos en un contexto en el que la humanidad espera la paz, el conflicto entre Rusia y Ucrania afecta a todos los que forman parte de esta casa común que es la humanidad. Pero también es el momento de alimentar nuestra Esperanza, el amor no ha sido derrotado por el odio, tiene hoy su lugar en el corazón de la humanidad.
En Dios encontramos nuestra fuerza ante la tortura y la muerte sufrida por innumerables víctimas; rezamos en comunión con todas las familias que sufren. Creemos en la lucha expresada en la resistencia, la resiliencia y el coraje en la vida cotidiana. Creemos en la capacidad transformadora de la vida, creemos en la esperanza que nos lleva a la libertad, creemos en la búsqueda constante de escuchar y comprender los signos de Dios en nuestro mundo herido y aplastado por las guerras de derecho o de cualquier naturaleza.
En la oración, la hermana Paul Hélène encontró elementos de discernimiento y libertad para proseguir su misión. Hoy, como pueblo de Dios, se nos invita a rezar, basándonos en su testimonio de amor intergeneracional e intercultural, el entorno en el que nos encontramos hoy.
Sigamos en comunión con todos los que han perdido a un ser querido. Unamos nuestras oraciones y acciones en la lucha por la paz mundial, la lucha por la libertad. Dios nos llama a continuar y a dar testimonio de su Reino presente entre los hombres.
Dar la vida por amor, como hizo la hermana Paul Helene, hasta el martirio.
– Poema: Mensaje a los amigos lejanos, de Cecilia Meireles (brasileña) – (1901-1964)
«Queridos compañeros, no los espero, no los llamo, porque me voy a otra parte. Pero estoy seguro de que los quiero.
Los más cercanos no siempre son la mejor compañía. Incluso con el sol nublado, todo el mundo sabe cuándo es de día.
Por sus inmensos campos, voy por atajos. Por su bien, pienso y denme ayuda
No condenen mi manera rebelde por ahora. Para liberarme, soy su prisionera.
Por lo demás, están en mi memoria, están en mi cabeza, son mi esperanza».
– Oración para hacer memoria de la Bienaventurada Hna. Paul-Helène:
Dios amoroso, Tú has concedido a nuestra hermana Paul-Hélène ir hasta el fin del amor, en seguimiento de tu Hijo, para el pueblo con quien compartía la vida, en nombre de la Buena Nueva. A su ejemplo, haznos auténticas servidoras de tu Amor, con sencillez y disponibilidad total, para tu Gloria y la de tu Hijo,
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Dios mío, haz la unidad de las mentes en la verdad y la unión de los corazones en la Caridad.