Hna. Bernadette después de 12 años, deja su misión en el barco «Je Sers»
Buenos días a todos. Soy una Hermanita de la Asunción. Mi familia religiosa fue fundada en 1865. Nuestro fundador, el Padre Etienne Pernet, Asuncionista descubre la gran miseria de las familias obreras de su tiempo, especialmente cuando la madre está enferma… El busca cómo ayudar a estas familias… reza largamente, y descubre cómo dar una respuesta evangélica: «enviar a mujeres, mujeres religiosas, que den testimonio del amor de Dios, por una presencia atenta, con gestos sencillos de servicio… y nacieron las Hermanitas».
Cada una de nosotras ha sido llamada y enviada a seguir a Jesucristo Servidor y Salvador…
Conflans
Durante los 12 años aquí en Conflans, en el barco « Je sers », la comunidad ha sido enviada a los migrantes. He podido conocer a muchos, llegados de todas partes, retengo especialmente a los Armenios, los de Mali, los de la Costa de Marfil y luego los Tibetanos…
Lo que recuerdo: es que al llegar estas personas estaban tristes, desamparadas, expresándose a duras penas. Sí, me di cuenta que el primer contacto es muy importante, estar presente a ellos, sencillamente, acogerlos; una sonrisa, una escucha, una actitud cálida. Recuerdo una persona, que, al volver años después, decía; ‘El Barco es mi segunda familia, yo fui acogida aquí cuando no tenía más nada’.
Venía 2 o 3 veces por semana, para un «vivir con» : estar allí con ellos, reunirnos, escucharles, juntos poner la mesa, fregar los platos ; responder a sus preguntas ; acompañarles a una gestión. El desconocimiento de la lengua, era una verdadera dificultad… pero aprendimos a comunicarnos de otro modo. Con la llegada en número creciente de tibetanos, personas fragilizadas a nivel de salud, Dany, una enfermera jubilada y yo misma, abrimos una permanencia de acogida, de escucha, de respuestas a sus necesidades. Varias veces les acompañé a visitas médicas, a pruebas de diagnóstico. Fue un tiempo de una gran proximidad, de compartir en profundidad sus sufrimientos… Lo habían dejado todo, familia, hijos, trabajo, ¡era muy duro! Pero, ellos se rehacían con coraje
El año nuevo, las fiestas, las salidas, permitían olvidar por un momento las dificultades. Éramos numerosos al servicio de las familias, y regularmente nos reuníamos para un tiempo de conviven-cia; compartir nuestras experiencias, enriquecernos mutua-mente, apoyarnos: darnos ánimo
En otro ámbito, con un equipo, pude acompañar a varias personas adultas, que deseaban prepararse al Bautismo, profundizando su fe en Jesucristo.
Recuerdo a una joven mujer, dinámica. Apenas bautizada se le declaró un cáncer. La acompañé durante 3 años. ¡Qué lecciones de valentía recibí de ella! Vivió momentos de rebeldía, pero también de confianza en el Señor; tenía un niño, quería vivir para él, aceptaba los diversos tratamientos, operaciones… pero el mal se la llevó dejando al marido con su hijo de 5 años.
En nuestra oración comunitaria, traíamos todos estos sufrimientos, las incomprensiones, y también las alegrías recibidas, para confiarlo todo al Señor.
Ahora, juntos, vamos a dar gracias al Señor, el amigo fiel, para ofrecerle todo lo vivido, y confiarle el futuro de la «Pierre Blanche». Gracias.
Una respuesta
Bernadette querida gracias por tu testimonio de entrega, de compartir de escucha que nos anima a seguir dando lo mejor de nosotras mismas, recibiendo y acogiendo a los otros y otras en La misión
Dios te guía y fortalece en tu nuevo campo a donde serás enviada .
te abrazamos de corazón
Comunidad de Acogida.