Historia de la fundación en Irlanda

Historia de la fundación en Irlanda

Hermanitas de la Asunción. Archivos 3 de octubre 2024

En 1891, la misión de las Hermanitas de la Asunción comenzó en Dublín
Bajo el impulso del Padre Pernet, la primera comunidad se instaló en la Calle James, en el centro de Dublín, un sector marcado por la pobreza y la enfermedad

Los archivos contienen varios relatos de los comienzos de la fundación en Irlanda; Madre Alban, que formaba parte de del primer grupo de 4 hermanitas, enviadas allí, escribía:

  • « Una Sra. de Dublín, Sra. Clarke, amiga de una Dama Sirviente de París, Sra. Vaughan, pidió una fundación en Dublín. Tenían muy a pecho que las hermanas se instalaran en Dublín para trabajar cerca de los pobres.
    En aquella época, había muchas enfermedades, como el tifus, la neumonía, la pleuresía; y las enfermedades cardíacas, el cáncer y la tuberculosis eran muy frecuentes. Las familias tenían muy pocos ingresos, y si uno de los miembros de la familia enfermaba y
    no podía ganar dinero, no tenían derecho a ninguna ayuda.
    Cuando el Padre Pernet oyó hablar de esta propuesta, se fue a Irlanda con Madre de Saint-Jean y Hna. Françoise. Fueron alojados en casa de los Sres. Clarke y visitaron al Arzobispo, el Reverendísimo Mons. Walsh. Al día siguiente, fue a ver a Mons. Kennedy en la Calle James y visitaron la casa que estaba preparada para las hermanitas.
    Pertenecía al Sr Branningan y las hermanas podrían alojarse gratuitamente.
    Decidieron que 4 hermanas serian enviadas: Madre Marie de Saint-Jean, Hna. M. Alype, Hna. M. Alban y Hna. Agnès-Marie. »

(Extracto de un escrito de Madre Alban).

En octubre de 1891, el Padre Pernet fue a visitar a las hermanas. Durante su trayecto de retorno a París, les escribió:

«Tengo aún mi corazón, lleno de mi estancia con vosotras, en la Calle 116, James Street, y en Blackrock. Ante todo, hemos de ser agradecidos para con N-S, que bendice a las Hermanitas, y abraza su misión con su protección, con tanta delicadeza, e incluso mimo”.
“Mis muy queridas hijas, no podemos gozar de más y mejor estímulo… Siempre me acordaré, y de modo muy particular, de nuestra primera y consoladora reunión con las Damas  Sirvientes. Con la ayuda de Dios, este primer comienzo, que ha superado nuestras previsiones, tendrá sin más dificultades, su pleno desarrollo. Beberéis en las raíces fecundas y en el pueblo que ya os ama tanto, y en la sociedad donde se encuentran las almas caritativas y abnegadas para el bien, que al unirse con vosotras, os ayudarán a completar vuestro apostolado entre los pobres y los obreros. Hijas mías, podéis ver que estoy muy contento de lo que he visto en mi visita a Dublín».

La comunidad gozaba del apoyo de Mons. Walsh, arzobispo de Dublín. Las Damas Sirvientas (The Ladies of the Auxiliary Committee of the Little Sisters of the Assumption) fueron establecidas para ayudar a las hermanas.

En abril de 1894, tuvo lugar una reunión en la Comunidad de la C. James, en la que asistieron numerosas personas, entre ellas, el arzobispo y el Padre Pernet. El arzobispo expresó su gratitud hacia las hermanas por su trabajo y preguntaba cómo podrían recibir un apoyo financiero, para que pudieran continuar.

Dijo: « Señoras y señores, estoy contento de poder felicitar a las hermanas de la Asunción por el progreso realizado con su obra, desde que, hace tres años, se establecieron entre nosotros. Después del informe que se leyó aquí mismo, con ocasión de nuestra reunión, en 1892, hemos podido ver cómo somos deudores para con estas buenas Hermanas y para su venerable y venerado superior y fundador, el Padre Pernet, que tuvimos el placer de acoger entre nosotros».

El Padre Pernet respondió en francés, deplorando no conocer suficientemente el inglés para expresar su gratitud, y animó al grupo, a seguir sus esfuerzos para sostener a las hermanas en su acción de aliviar los sufrimientos de los enfermos pobres, para la gloria de Dios.

En 1896, Mons. Kennedy, que había apoyado a las hermanas desde su llegada, murió súbitamente. La comunidad habitaba en la Calle St. James, nº 116, sin tener que pagar alquiler, pero esta situación se terminó, porque el propietario de la casa necesitaba venderla.

El Padre Pernet fue a Irlanda para buscar una casa, pero fue sin éxito; animó un retiro de algunos días a las hermanas y luego regresó a París. Algún tiempo después, gracias a la generosidad de los bienhechores, las hermanas pudieron comprar una casa, en Lower Camden Street, 49.

El P. Pernet fue dos veces a visitarlas; veamos cómo describió Dublín:

« Mis queridas hijas, como sabéis, estoy en Dublín. Probablemente esperáis noticias de este  país y en particular de Dublín; Satisfago vuestro deseo. En la Isla de los Santos, se respira el aire de la Fe, de la caridad compasiva. ¡Cuántas miradas amables y sonrisas francas se reciben de todos lados! Todos los sombreros se levantan al pasar por la calle y luego « Dios las bendiga» brota de un millar de labios. Cuando entramos en una iglesia, siempre se encuentra a alguien que ora y hay idas y venidas todo el tiempo.»

Madre St Alban describe las visitas que hizo: Nuestro venerado Padre ha vuelto para nuestro retiro y hemos pasado días muy felices. En general, venía a nuestra « recreo » de la tarde, y podíamos ir a verle tan a menudo como lo deseábamos. La primera vez que vino, se albergó en casa de los Padres Agustinos en la Calle Thomas.

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El P. Pernet fue dos veces a visitarlas; veamos cómo describió Dublín:

« Mis queridas hijas, como sabéis, estoy en Dublín. Probablemente esperáis noticias de este  país y en particular de Dublín; Satisfago vuestro deseo. En la Isla de los Santos, se respira el aire de la Fe, de la caridad compasiva. ¡Cuántas miradas amables y sonrisas francas se reciben de todos lados! Todos los sombreros se levantan al pasar por la calle y luego « Dios las bendiga» brota de un millar de labios. Cuando entramos en una iglesia, siempre se encuentra a alguien que ora y hay idas y venidas todo el tiempo.»

Madre St Alban describe las visitas que hizo: Nuestro venerado Padre ha vuelto para nuestro retiro y hemos pasado días muy felices. En general, venía a nuestra « recreo » de la tarde, y podíamos ir a verle tan a menudo como lo deseábamos. La primera vez que vino, se albergó en casa de los Padres Agustinos en la Calle Thomas.

 

Ante el edificio de Lower Camden Street – 1932

La segunda vez que vino, le instalamos una cama en una habitación, allí mismo donde hoy está el altar

Antes era una cuadra, pero la arreglamos muy bien y con una moqueta, hoy es muy bonita. Estaba muy contento de no tener que ir a otra parte. Madre de Saint-Jean le preguntó si le gustaba la habitación que le habíamos preparado, y respondió: « Sí, pero no tengo una imagen de Ntra. Sra.; No puedo dormir cuando no la veo». Pusimos una imagen de Nuestra-Sra. del Buen Consejo que está ahora en la sala comunitaria».

Otra anécdota del Padre Pernet en la Calle Camden: La mayor parte de las construcciones  de este sector, estaban infectados de ratas, y la casa de Camden Street no se escapaba de la regla. Encontramos un gato para reducir el número de ratas, pero cuando vino el Padre Pernet a pasar unos días, tuvimos que echar al gato, porque el Padre había decretado que ninguna comunidad podía tener animal doméstico; no ha sido posible convencerlo de que el gato era necesario para reducir el número de ratas y no se trataba de un animal doméstico. Parece que todo el mundo se ha contrariado, pero el gato no ha tenido el derecho de quedarse.

La Comunidad de la C. Camden, era muy solicitada por toda la ciudad, lo que fue conduciendo a la fundación de Dun Laoghaire y de Cork.

El edificio de Camden Street es hoy un hotel: Hay una placa que recuerda la presencia de las Hermanitas en aquella época, y en el lugar donde estaba la capilla, hoy es un restaurante que ha mantenido la forma de la habitación.

Los Archivos de las HA de Dublín

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