JMJ 2023 – UN VIAJE ESPIRITUAL
Queridos amigos,
Ha pasado un mes desde que terminó este acontecimiento, pero la resonancia de este viaje aún permanece en lo más profundo de mi corazón
Eran las Jornadas Mundiales de la Juventud en Lispoa, Portugal del 1 al 6 de agosto con alrededor de 1,5 millones de jovenes peregrinos del mundo entero.
Éramos 9 Hermanitas (en formación en Francia y España) que íbamos a las JMJ con un grupo de la familia de la Asunción y otros participantes de diferentes lugares donde existe la Asunción: Francia, España, Reino Unido, Congo, Madagascar, Filipinas, Vietnam, Bélgica, Togo, América del Norte y del Sur… Tuvimos reuniones en línea para conocernos, intercambiar ideas y planificar nuestra partida. Lo que me impresionó fue que los rostros de todos, y el mío también, estaban llenos de ilusión, alegría y esperanza en el camino hacia las JMJ.
– Antes de las JMJ, el inicio de un viaje espiritual
El 27 de julio llegamos a Elche (España), donde se celebraba las “pre-JMJ” de la familia de la Asunción, antes de ir a Fátima y Lisboa. Todos (unos 160 participantes) nos alojamos y acampamos en un colegio salesiano donde nos organizamos para la oración, las comidas, las actividades lúdicas y los talleres. Después de la jornada de acogida, pasamos tres días juntos, conociéndonos, compartiendo diferentes temas de talleres relacionados con el compromiso de los jóvenes en la Iglesia, la ecología, las vocaciones, la improvisación bíblica sobre el Buen Samaritano…
Durante tres días se utilizaron tres idiomas: francés, español e inglés. Cada día, en cada idioma, se comenzaba con Laudes o Misa, seguida de talleres, una visita a la ciudad de Elche donde se encuentra la Basílica de Santa María, una visita a Santa Bárbara en Alicante, y luego un tiempo de reflexión sobre el tema de las JMJ. Al final del día, se cantaron las alabanzas vespertinas como acción de gracias a Dios. Me impresionó la velada internacional, en la que se presentaron las banderas y culturas de los participantes, junto con bailes y cantos llenos de alegría, fraternidad y solidaridad.
Después de la bendición de los peregrinos, salimos de Alicante para continuar nuestro viaje. Nuestro autobús salió a las 22 horas del 30 de julio y llegó al Santuario de Fátima a las 10 horas del día siguiente, donde la familia de la Asunción participó en la misa con los jóvenes internacionales. Siempre quise visitar a Nuestra Señora de Fátima una vez en la vida. Fue una ocasión única para encontrarnos con las HA de la comunidad que están aquí en una hermosa misión. Fue un encuentro con muchos intercambios entre las hermanas jóvenes y las mayores, una oportunidad de aprender de una generación llena de experiencia y también de ver un futuro para nuestra congregación «joven e intercultural».
Las pre-JMJ nos ayudaron a caminar paso a paso para entrar a fondo en las JMJ, para poder realizar lo que queríamos experimentar y recibir.
Lisboa – Corazón del camino espiritual hacia la JMJ 2023
LPor la tarde, llegamos a Lisboa. Fuimos recibidos con entusiasmo por los voluntarios, que nos ayudaron a encontrar un lugar donde alojarnos e instalar nuestras cosas. Era en un colegio a unos 16 kilómetros del centro de la ciudad.
con unos 40.000 jóvenes de distintos grupos y diócesis de Francia. Mientras se entonaban las canciones francesas, los mensajes del obispo y los testimonios de fe de los jóvenes franceses, sentí individualmente que Francia es como mi país natal y el francés mi lengua materna. Por la tarde, fuimos a la” Colina do Encontró” para la misa de apertura con jóvenes de todo el mundo. Fue un momento precioso, lleno de la ALEGRÍA de estar juntos.
En las mañanas de los días 2, 3 y 4 de agosto, durante los «Encuentros Levántate», todos nos nutrimos de catequesis sobre tres temas: Ecología Integral, Amistad Social y Misericordia de Dios, seguidos de tres temas bíblicos: «María se levantó y se fue deprisa al monte» (Lc 1,39), «Todo lo que él les diga, háganlo» (Jn 2,5) y «Su misericordia se extiende de edad en edad» (Lc 1,50) que se organizaron por idiomas en iglesias o lugares de acogida de peregrinos. Tuve la oportunidad de conocer y compartir con jóvenes vietnamitas las preocupaciones relacionadas con la situación ecológica en Vietnam, reflexionar sobre la fraternidad universal en un grupo francófono y participar en una misa en español. Sentí que los temas de reflexión eran como una invitación a vivir la experiencia de ser amada y llamada por Dios.
Por la tarde, nos dedicamos a descubrir la ciudad de Lisboa, con su arquitectura particular, donde nació San Antonio, a visitar la estatua de Cristo Rey y a participar en las actividades propuestas, como el concierto de música, el museo, el cine, etc… para encontrar a un Dios vivo a través de encuentros de alegría cristiana…
El jueves 3 de agosto, la ceremonia de bienvenida del Papa Francisco en el parque Edouard VII: qué ocasión para mí de ver su rostro y escuchar su voz en directo, qué emoción ver izar las banderas de los jóvenes de todos los países presentes. Lo que me queda de aquel día son los mensajes del Papa: «El Señor nos llama por nuestro nombre, … son palabras escritas en el corazón, dentro de cada uno de nosotros, … somos llamados tal como somos…». En la Iglesia hay sitio para todos… No tengáis miedo, tened valor, seguid adelante… Dios nos ama…» y los jóvenes gritan con fuerza, como para darle las gracias, «Esta es la juventud del Papa«.
El viernes 4 de agosto tuvo lugar en el mismo lugar el Vía Crucis con el Papa Francisco. Un momento sagrado para seguir los pasos de Jesús en su pasión. En cada estación, la Cruz se elevaba hasta lo más alto, con las oraciones escritas por los jóvenes en diferentes idiomas sobre todo lo que sucede en la vida real. Me conmovió que las nuevas generaciones se sigan interesando por las cuestiones sociales y los problemas humanos en un mundo de pantallas y tecnología.
El sábado 5 de agosto, con todas nuestras pertenencias a cuestas, fuimos al “Campo da Graça” (Parque Tejo) para la Vigilia de Oración. Fue muy cansador después de caminar tanto. Imagínense, no sólo ese día, sino durante casi una semana, con 1,5 millones de participantes, siempre teníamos que hacer cola en todos los restaurantes, transportes públicos y aseos. A veces esperábamos más de 2 horas para tomar el tren o el autobús y cenábamos a las 10 de la noche. Contrariamente al cansancio, el tiempo de espera era un momento genial: una nueva alegría con nuevos amigos, charlando interculturalmente, intercambiando recuerdos. Como dijo el Papa Francisco: «La alegría es misionera», es un hilo que une los lazos de las diferencias.
Durante la vigilia, los jóvenes y el Papa rezaron juntos y adoraron al Santísimo Sacramento. Un momento espiritual para contemplar y agradecer la presencia de Jesucristo a lo largo de nuestras vidas.
La clausura de la semana de la JMJ comenzó a las 9 de la mañana del 6 de agosto con la Misa Final. Me impresionó el discurso del Papa Francisco: «En la vida se aprende, y eso es un entrenamiento a lo largo del camino. Caminar, y si te caes, levantarte de nuevo. Caminando hacia una meta. Entrenarse cada día de la vida. Nada en la vida es gratis. Sólo una cosa es gratis: el amor de Dios. Así que, con este don gratuito que tenemos, el amor de Dios, y con nuestras ganas de caminar, caminemos con esperanza, miremos nuestras raíces y sigamos adelante, sin miedo. Sin miedo. No tengáis miedo. Nos dejó tres palabras importantes en la Misa de la Transfiguración: «BRILLAR, ESCUCHAR y NO TENGAS MIEDO».
En Lisboa, cada día era un descubrimiento para mí. ¡Qué sensaciones! ¡Increíbles! ¡Magníficas! Muchas gracias por este tiempo lleno de gracia.
– ¿Qué hay en el equipaje de vuelta?
Mi mochila pesa más que antes por el polvo del suelo, el sol, el viento y el peso del amor y la fraternidad de Dios.
La lista de amigos ha crecido.
La capacidad de caminar largas distancias (un día caminamos casi 20 kilómetros).
Nuestra piel ha cambiado, nuestras manos son más flexibles gracias al lenguaje de signos.
Experimentar una noche bajo las estrellas – como dice la canción vietnamita: «la niebla es una manta, la tierra es una casa».
Aprender sobre la creatividad y el dinamismo en la vida espiritual y misionera, etc.
Señor, te doy gracias por todas las bendiciones que me has dado en este inolvidable viaje espiritual. En laS JMJ siento la presencia de la Trinidad: un Padre misericordioso y bondadoso a través de la presencia del Papa Francisco con sus mensajes de afecto, un Jesús desplegado en las nuevas generaciones lleno de alegría y energía, un Espíritu que nos ayuda a profundizar desde dentro para ser testigos en la fe, la vocación y la vida cotidiana. LaS JMJ hablan de una casa común y una unidad. Con María – un rosario hace el vínculo de amistad sin fronteras que lleva la Buena Noticia: LEVANTARSE – ENCONTRARSE – COMPARTIR.
Merci – Cảm ơn – Thanks – Obrigado – Gracias – Grazie…
Hasta pronto en las JMJ en Corea del Sur, en 2027!
Giang, Vietnamita (pre-novicia) en Vitry-sur-Seine