Comisión Internacional para compartir el Carisma con los laicos

Comisión Internacional para compartir el Carisma con los laicos

Nuestra familia unida en todo tiempo

Estamos viviendo un momento muy particular en el mundo. Una pandemia nos recuerda la fragilidad del ser humano, la incertidumbre del mañana, la soledad del aislamiento social y de no poder ver a las personas que amamos.
No son tiempos fáciles, pero en estos momentos no estamos solos Dios y nuestros padres fundadores El Padre Étienne Pernet y nuestra fundadora la Madre Antoinette Fage están con nosotros a cada paso del camino. Ellos nos recuerdan que “Las dificultades son oportunidades” como lo dice nuestro tesoro común y que podemos hacer cosas maravillosas para ser como una flor que florece en el medio del desierto.
Que este tiempo nos sirva para amar más a nuestros hermanos, para descubrir en nosotros talentos que nos permitan construir el Reino de Dios en la tierra. Tal y como lo hicieron nuestros fundadores hace más de 150 años.
Que este tiempo sea para reavivar en nosotros la llama del día de nuestro bautismo para que podamos realizar la misión para la que hemos sido creados. Nuestra familia de la Asunción está más unida que nunca y las diferentes comisiones siguen trabajando para el bien de nuestra comunidad y de las misiones en las que estamos comprometidos.

Gracias a las nuevas tecnologías

Las nuevas tecnologías nos han ayudado a estar un poco mas cerca de nuestros hermanos y también a seguir trabajando como Comisión Internacional para Compartir el Carisma. Es una gran alegría para nosotros poder tener noticias de cada uno de los territorios durante nuestras reuniones de trabajo.
Saber que en cada territorio en donde las Hermanitas se encuentran implantadas las misiones siguen avanzando a pesar de la pandemia.
Que nuevas formas de solidaridad están desarrollándose en nuestras comunidades.
Que podemos orar juntos a través de internet unidos en un solo corazón.
Que podemos seguir soñando grandes cosas para los laicos de la Asunción.
Que esta sea una oportunidad para todos nosotros de poner las nuevas tecnologías al Servicio de Dios, y para ponernos nosotros mismos al servicio de nuestros hermanos.
Allí en donde nos encontremos dejemos que “Nuestros actos hablen de Jesucristo” y que cada pequeño acto sea un acto de amor que deje la huella en este mundo de nuestro compromiso como religiosas, ANSAS, laicos de la Asunción. Les proponemos que al terminar de leer este articulo ofrezcan una pequeña oración por alguna una de las misiones de nuestra comunidad repartidas en el mundo”.

La Comisión Internacional para Compartir el Carisma con los Laicos Roger, Annette (HA), Diana, Maryalice y George

Testimonios de dos de los miembros de la Comisión Internacional

El testimonio de la Hermanita Annette

Como la única Hermanita de esta Comisión, me siento muy a gusto, estoy llena de esperanza y me siento edificada por los miembros de la Comisión Internacional de Laicos para Compartir el Carisma que viven y respiran el espíritu de Esteban Pernet y Antonieta Fage en su vida diaria. Juntos estamos aprendiendo sobre la riqueza de nuestra diversidad en todo el mundo, y al mismo tiempo somos cada vez más sensibles a las diversas realidades de nuestra misión y de nuestras comunidades.
Esta visión privilegiada lleva consigo una gran responsabilidad y a medida que avanzamos «juntos» lo hacemos de una manera que respeta la singularidad de cada cultura. Mi sueño es que nuestras familias en todo el mundo comiencen a «conocerse» personalmente usando los métodos que estén a disposición de cada uno.
Hagamos todo lo posible para «dejar que la familia se reúna» y hagamos nuestro este hermoso regalo de la familia que todos compartimos.
» Hoy en día, conscientes de ser portadores de vida y alegría a todas las edades, como María e Isabel, estamos llamados a un encuentro que genere promesa «.
(Capítulo general 2017)

Annette Allain (USA)


El testimonio de Roger

«El Señor es mi fuerza y mi canto, a Él le debo todo»
Este lema de Victorine Grand (Hermanita de la Asunción, 1920) ha permanecido como mi salvavidas desde que la conocí en Valleyfield en 1975 cuando tenía 20 años. Mi deseo de ser parte de aquellos que se comprome-tían con la misión, nació en ese momento.
Seguir los pasos de Esteban Pernet y de Antonieta Fage fue un segundo encuentro significativo en mi vida y mis pasos se volvieron más seguros al saber que ya no estaba solo.
Ir al encuentro de los demás me hizo comprender que el mundo en el que vivo sólo puede transformarse si me comprometo a hacerlo más bello y a amarlo como Jesús, Esteban, Antonieta y Victorina.
Cada pequeño gesto cuenta.
Acepté participar en la Comisión Internacional de Laicos para acercarme a un mundo mejor, más humano y hacer realidad el sueño de Dios. Mi sueño es “Convertirme en hermano y hermana en un mundo donde la única ley sea la del amor y el único sueño sea la justicia y la paz. Un pueblo para Dios”.


Roger Malenfant
Maison Orléans Montréal Québec, Canada

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *